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  • y los primeros a os de la trayectoria

    2018-10-26

    y los primeros años de la trayectoria laboral de Víctor L. Urquidi, una vez que regresó purchase A-366 México, en 1940, y que se produjo en octubre de ese año, al ingresar al Banco de México, y posteriormente su paso por el Banco Mundial, y por la Comisión Económica para América Latina (cepal), da pie al autor para recordarnos las condiciones precarias para el estudio de la economía que prevalecían en nuestro país en esa época –una sola institución formal–, en contraste con las inquietudes de un egresado de la London School of Economics. de la designación de vlu como miembro de la delegación mexicana que asistiría a Bretton Woods da pie al autor para obsequiarnos con las principales ideas de John M. Keynes y Harry White sobre el tema de la Conferencia, y de la voluntad y pasión de Don Daniel Cosío Villegas, del propio Urquidi, y de Eduardo Villaseñor, por delinear prolijamente la postura del país en tan importante evento: lograr la flexibilidad indispensable para realizar ajustes cambiarios, concertar defensas en contra de una intromisión excesiva en los asuntos domésticos por parte de intereses foráneos, conseguir que las nuevas instituciones que habrían de fundarse apoyaran no sólo a la Europa destruida –sino también a los países en desarrollo–; postura, siempre bajo la atención y respaldo de las autoridades hacendarias mexicanas. Como colofón a esa importante experiencia en la vida profesional de Víctor L. Urquidi, J. Hodara nos relata los pormenores de la creación de dos importantes organismos financieros internacionales: el Banco de Reconstrucción y Fomento, y el Banco Mundial, el contexto en el que se realizó, y los beneficios que se produjeron en ese momento, aunque, también, refiere el autor, Víctor L. Urquidi las analizará más tarde bajo la perspectiva histórica y su conclusión será más que incisiva. . Hodara, que a partir del desempeño como funcionario del Banco Mundial, en los años cuarenta, Víctor L. Urquidi, comienza a descubrir su interés por América Latina; se pregunta “si la región constituía en rigor un conjunto económico y políticamente afín y homogéneo”. El autor narra diversas experiencias –estudios y viajes– de Urquidi, y aprovecha para plantear las ideas de otros distinguidos latinoamericanistas y la vinculación que éste estableció con ellos, a partir de lo cual, durante mucho tiempo, analizará el Estado y propondrá medidas de política para el desarrollo de la región. Le preocupaba –destaca J. Hodara– la tendencia en varios países a palynomorph depender del extranjero con la exportación de unos cuantos productos primarios que tienen demanda desigual, pues, consideraba que la viabilidad de la región latinoamericana dependería de su capacidad para instituir acuerdos y prácticas de complementación; así comienza a fortalecerse en su pensamiento la convicción de la conveniencia de una complementación regional de los mercados. De la labor de vlu en este tema, junto con la de otros economistas y estudiosos, surgieron varios acuerdos importantes en la región, tanto de comercio como de cooperación económica, así como la homologación de listas arancelarias. No deja de reconocer J. Hodara que muchas de las ideas promovidas en ese entonces por Urquidi, como el establecimiento de una unión aduanera y la consiguiente liberación del comercio, en paralelo al modelo de sustitución de importaciones, ya se conocían en Europa. Sin embargo, la promoción de su adopción en la zona, tuvo una gran importancia y contribuyó a un mayor desarrollo de algunos países de la región. del triángulo que J. Hodara denomina “el cálido hogar intelectual” de Víctor L. Urquidi, lo constituyen la creación del Fondo de Cultura Económica, por Don Daniel Cosío Villegas, en 1934, la publicación de el Trimestre Económico, en 1934, y la fundación de la Casa de España, que se transformará, en 1940, en El Colegio de México, aunados a la docencia que ejercerá durante varios años en la Escuela Nacional de Econo-mía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Inicialmente, el Trimestre le permitió verter al castellano importantes textos de economía publicados en otros idiomas; posteriormente, sus textos, asumieron un carácter didáctico, como en el caso de la meticulosa explicación de los componentes teóricos de la macro- economía, o bien, habrían de caracterizar los comportamientos y tendencias de la economía mexicana. Como profesor en la Escuela Nacional de Economía, se consagra a exponer y a resumir los escabrosos problemas económicos que aguardaban a México; sobre éstos, puso el acento en los imperativos de la industrialización, sin menospreciar la reforma agraria, en la distribución asimétrica de la expansión económica y en la necesidad de aumentar el volumen anual de las inversiones, orientar el ahorro, y sostener el equilibrio en la balanza de pagos.